Si alguna vez has probado un buen lomo saltado, sabes que no estamos hablando solo de comida también estamos hablando momentos, de recuerdos, de una historia que se sirve humeante sobre un plato. El lomo saltado no solo es uno de los platos más emblemáticos del Perú, es también el reflejo de una identidad que ha sabido mezclar culturas, técnicas, ingredientes y sobre todo, cariño. En cada bocado, se siente el alma de un país.

Una historia que salta del wok al corazón
El lomo saltado nació en las cocinas criollas de Lima, cuando los inmigrantes chinos-cantoneses llegaron al Perú en el siglo XIX. Estos cocineros trajeron consigo el uso del wok y la técnica del salteado a fuego alto, conocida como chifa, que pronto se fusionó con ingredientes locales y españoles: carne de res, cebolla morada, tomate, ají amarillo, patatas fritas y arroz blanco. El resultado fue explosivo, delicioso y único.
Y aunque este plato tiene claras raíces chinas, con el tiempo se ha vuelto más peruano que la marinera. Es un ejemplo perfecto de cómo el Perú ha hecho de la fusión su mayor fortaleza gastronómica. De hecho, el lomo saltado se cocina en todas las casas, se sirve en los restaurantes más elegantes, se encuentra en las fondas de barrio, y también en las celebraciones familiares. Es comida para el alma.
El rey por razones obvias
Lo que hace al lomo saltado tan querido por todos no es solo su historia, sino esa combinación perfecta entre sabores y texturas. La carne salteada conserva su jugosidad, la cebolla y el tomate aportan frescura y dulzura, mientras que el ají amarillo le da ese picor sutil, característico de la cocina peruana. Las papas fritas, crocantes por fuera y suaves por dentro, hacen el maridaje perfecto con el arroz blanco, que absorbe todos los jugos del salteado.
Pero más allá del sabor, el lomo saltado es democrático. Puede disfrutarse en una mesa sencilla o en una cena gourmet. Tiene ese poder mágico de unir a las personas alrededor del placer de comer bien. Y eso, en una sociedad como la peruana, donde la comida es parte del lenguaje emocional, lo convierte en rey indiscutible.
Lomo Saltado en Bitute Fusión Food
En nuestro restaurante Bitute Fusión Food, el lomo saltado tiene un lugar especial. No solo por tradición, sino porque creemos que merece seguir evolucionando sin perder su esencia. Por eso, nuestra versión busca elevar la experiencia manteniendo el corazón del plato intacto.
Utilizamos lomo fino de primera calidad, jugoso y tierno, salteado al estilo tradicional con un toque de soya peruana, ají amarillo fresco y un sofrito criollo. Pero le damos un giro: lo acompañamos con arroz y patatas fritas También, tenemos la versión en la carta que la nombramos «lomo exótico», flameado con cecina ahumada de la selva y coronado con patacones.
El resultado es un plato que honra al clásico, pero lo lleva a nuevos territorios de sabor. Y es que eso es precisamente lo que hace tan especial al lomo saltado: su capacidad de adaptarse, de reinventarse, de seguir siendo amado por todos sin importar el formato.
Un amor que no pasa de moda
Hay platos que te sorprenden una vez. Y hay platos que te conquistan para siempre. El lomo saltado pertenece a la segunda categoría. Es un plato que no necesita presentación, que se pide sin pensarlo dos veces y como primera opción aunque haya un sin fin de platos para escoger, que además se asocia con momentos felices, con visitas a casa, con cenas de domingo o almuerzos con amigos.
Pedir un lomo saltado es como enviarle una carta al corazón, porque tiene ese poder de hacerte sentir en casa, de traer recuerdos, de llenarte de orgullo por todo lo que significa ser parte de una cultura que cocina con alma, todos los que estamos lejos de Perú podemos entender este sentimiento.
Así que si aún no has probado nuestro lomo saltado en Bitute Fusión Food, te invitamos a hacerlo. Ven, siéntate, y deja que la historia salte desde el wok hasta tu mesa. Porque sí, hay muchos platos deliciosos en la cocina peruana… pero el lomo saltado, definitivamente, es el rey.